Marina Abramović

Cuando se trata de Marina Abramović, la línea entre el arte y el artista se vuelve difusa. Como figura clave en el mundo del arte performativo y conceptual, Abramović es conocida por su audaz exploración del cuerpo, la mente y el espíritu. Involucrar voluntariamente su cuerpo físico en la creación de arte ha hecho que su obra sea legendaria, mítica, operática, y cada vez extraordinaria en su claridad.

El viaje artístico de Abramović comenzó en la década de 1960 cuando se matriculó en la Academia de Bellas Artes de Belgrado. Fue durante este tiempo cuando empezó a experimentar con el arte performativo, un medio que llegaría a definir su carrera.

Como ex yugoslava, Marina Abramović proviene «de un país que ya no existe». Abrazando el espíritu radical de la época, Abramović se adentró en temas de dolor, resistencia, la condición humana y la participación del espectador, exigiendo una relación entre el arte y la audiencia. Para Abramović, el espacio performativo es un reflejo de nuestro mundo: la energía se da y se toma; lo que sucede debe ser aceptado.

A lo largo de su carrera, Abramović ha continuado empujando los límites de su trabajo, a menudo sometiéndose a condiciones físicas y psicológicas extremas en la búsqueda de la verdad y el autodescubrimiento. La obra de Abramović invita a las audiencias a confrontar cada una de sus vulnerabilidades y explorar.